El Uso de los Medios en la Enseñanza
Licenciatura en Educación Secundaria con Especialidad en Telesecundaria. Profr. Andrés Ortigosa Robles.
miércoles, 19 de junio de 2013
Algunos
adolescentes de elevada capacidad intelectual y que se rigen por las estrictas
normas de la clase media ven una cantidad exagerada de televisión. El niño
tiene que aprender a vivir en familia, gobernado por padres que a veces le
parecerán injustos o inconsecuentes.
Hoy
día, cambiar este estado de cosas se hace imprescindible. Construir una
televisión pública digna y saludable es ya una prioridad para el sistema
democrático y abrir en ella la posibilidad de una televisión educativo-cultural
con valores y al servicio del desarrollo de la persona humana es ineludible.
Muchas de las palabras que se usan en día, han sido tomadas de los diferentes
medios de comunicación, han sido tomadas de los diferentes medios de
comunicación masiva, siendo más frecuentemente la televisión quien predomina en
la generación de estas nuevas formas de comunicarse; no sólo se hace regencia a
palabras, sino además a actitudes y formas de vestir.
El
problema aparece desde niños, desde que los padres se les ocurre controlar a
sus hijos plantándolos frente al televisor, dejándolos crecer acompañados del
Pato Donald, Mickey Mouse y muchos más. El tiempo que un niño pasa frente al
televisor es tiempo que se le resta a actividades importantes, tales como la
lectura, el trabajo escolar, el juego, la interacción con la familia y el
desarrollo social. Los niños también pueden aprender cosas en la televisión que
son inapropiadas o incorrectas
Los
niños que asisten demasiada televisión están en mayor riesgo de que:
Saquen
malas notas en la escuela, Lean menos libros, Hagan menos ejercicio físico,
Tengan problemas de sobrepeso, Se convierten en niños pasivos.
Los
niños son los grandes explotados por la publicidad en la televisión. Los fabricantes
de juguetes ganan millones a cada año por lanzar al mercado sus productos para
niños, Si un niño con sobrepeso aprende en la tele lo importante que es
mantener la forma de una manera exagerada, va a desarrollar complejos y
consecuentemente seguirá los consejos y las dietas que digan en la tele, aparte de los valores erróneos que le
estará asimilando. Mas que la mitad de la publicidad contiene información
errónea, engañosa o ambas, pero que los niños creen como verdadera.
La
agresividad es la forma usual de dar salida a los sentimientos de frustración,
empezaremos por considerar algunos aspectos sobre la intensidad y la naturaleza
de los sentimientos agresivos de los niños.
Los tipos de sentimientos agresivos considerados: -Ansiedad provocada
por la agresividad. -Agresividad proyectiva. -Auto-agresividad. -Agresividad
prosocial. -Agresividad antisocial.
Conflicto
padre-hijo: Cuanto más intenso es el conflicto padre-hijo, más televisión ve el
niño, más escucha la radio, más películas ve, menos revistas y menos libros
lee, Cuanto más importante es el problema familiar del niño, tanto más se
inclina éste a abandonar el campo, a buscar satisfacción y un medio de dar
salida a su agresividad en la fantasía, a preferir los medios audiovisuales de
entretenimiento a los medios impresos.
Los
efectos físicos: Los efectos físicos perjudiciales de la televisión no son
apenas apreciables, los efectos emocionales de la televisión son menos
innocuos. A casi todos los niños, en un momento u otro, les ha asustado algún
programa visto en televisión. Se asustan, en particular, cuando un daño amenaza
a algún personaje o animal con el que se sienten identificados, o por el que
experimentan simpatía especial, Los niños, en general, aman o buscan la
emoción, tanto en la televisión como en la vida real, siempre que la clase de
sentimientos que provoque en ellos esta emoción no se parezca demasiado al
temor. Esa es la razón de que se sientan atraídos por juegos emocionantes, que
tienen su paralelo en la televisión. Los efectos cognoscitivos de la televisión
la conclusión general es decepcionante, no porque la televisión cause cualquier
prejuicio especial en este aspecto, sino más bien porque está lejos de haber
desarrollado todo su potencial como portadora de ideas y de información. Para
las tareas escolares, la televisión comercial no es ni una ventaja definida ni
un grave inconveniente.
Algunos
aspectos que me agradaron como GUÍA PARA EDUCAR A LOS NIÑOS A VER LA TELEVISIÓN
son: Es importante que los padres vean la televisión con sus hijos, y
aprovechar esos momentos para crear un clima de comunicación familiar en torno
a los programas y contenidos televisivos, los padres deben controlar el tiempo
que sus hijos ven la televisión y, a la vez, ser un buen referente para ellos,
la televisión no debe actuar como madre o niñera y no se debe utilizar como
recurso único para el entretenimiento y la diversión.
De
igual forma todos los CONSEJOS PARA VER LA TELEVISIÓN EN FAMILIA son buenos
pero los que más me agradaron son: Evitar el zapping. Solamente encender la
televisión para mirar algún programa específico, Los niños no deben tener un
aparato de televisión en su habitación, puesto que provoca adicción y es contrario a la vida en familia,
Si se puede, es muy conveniente que los padres acompañen a sus hijos a ver la
televisión. De esta forma podrán conocer directamente los efectos que los
programas que ven les producen en sus hijos.
OPINIÓN:
En lo particular me parece un tema muy
importante en el comportamiento de los niños, de su manera de ver la vida y de
influir positiva o negativamente en ellos, además de tener un interés personal
directo, actualmente todos los niños pueden tener acceso a un televisor, de los
cuales muchos también tienen acceso a las consolas de video juego en los cuales
la violencia y la agresión tienen una parte importante de su contenido, todo
esto sumado a que los niños tienen una mentalidad flexible y muy receptiva,
pueden ir adquiriendo actitudes y comportamientos que no vayan de acuerdo a su
edad. Los video juegos y la televisión
se han convertido en unas herramientas tecnológicas de moda casi
imprescindibles en casi todas las casas como método de entretenimiento para los
niños por el temor de nosotros los padres tenemos a que los niños salgan a la
calle por los peligros que esta pueda conllevar.
La
recepción televisiva es uno de los objetos de investigación más importantes en
el campo de la comunicación.
La
recepción televisiva constituye actualmente, a la vez que uno de los objetos de
investigación más importantes en el campo de la comunicación, uno de los
ámbitos con mayor potencial de intervención pedagógica por parte de los
educadores.
La
recepción, un largo y complejo proceso de mediaciones: La recepción se asume,
entonces, fundamentalmente como interacción, en donde ambos polos del proceso
comunicativo (emisores y receptores) se vinculan de diversas maneras a partir
de un referente común. Por otra parte, la recepción televisiva no sólo
comprende el lapso en el cual los televidentes están en contacto directo con la
programación, sino que se extiende antes y después del acto mismo de ver
televisión. En esta comprensión se entiende que la decisión de encender el
televisor y las subsiguientes decisiones de ver un programa, cambiar de canal,
preferir ver la televisión a solas o acompañado, permanecer una o más horas
frente al televisor, apagarlo, están sustentadas en prácticas y rutinas de
aprovechamiento del tiempo libre que rebasan y contextualizan culturalmente los
procesos concretos de recepción televisiva y constituyen mediaciones concretas
en las percepciones, apropiaciones y usos que hacen los televidentes de los
referentes televisivos.
La
relevancia de la recepción, tanto para entender el proceso comunicativo en su
conjunto como para transformarlo pedagógicamente en beneficio de los propios
televidentes, se debe, sobre todo, a que es también ahí y no sólo en la
producción y emisión de mensajes donde se producen y reproducen sentidos y
significados, y don- de se realiza el aprendizaje. Todo a través de un proceso
múltiple de negociaciones entre la programación televisiva y los televidentes.
Si tradicionalmente se creía que la mera exposición a un determinado programa
bastaba para que se produjeran ciertos efectos en los televidentes, la investigación
contemporánea de la recepción ha hecho evidente que no basta ver televisión, lo
que cuenta para que se lleve a cabo su influencia son las maneras de interactuar
con la programación televisiva.
Según
el estrato social de las familias, las madres se preocupan más o menos por el
impacto de la televisión en sus hijos. A mayor clase social, menor
preocupación, en la medida en que ver televisión es sólo una opción entre
muchas para ocupar el tiempo libre de los niños, por lo que se aprecia en términos
mucho más relativos. Las madres de estratos medios y bajos, por el contrario,
no sólo manifiestan mayor preocupación, sino que además consideran que el
principal problema es que los niños son más vulnerables a los mensajes de la
televisión, en tanto sujetos en intensa formación cuyas posibilidades de acceso
a otros medios u opciones de consumo cultural y aprendizaje son difíciles por
falta de recursos económicos.
El
método pedagógico es una mediación escolar porque contribuye a una diferente
apropiación de la televisión por parte de los estudiantes. Cuando el método es
autoritario se inhibe la respuesta del niño, constriñéndose así su comunicación
y, sobre todo, reprimiendo su expresión. Esto influye en las posibilidades de
diálogo o interlocución entre maestro y alumnos, y especialmente cierra las
puertas para una intervención u orientación razonada y convincente sobre lo que
regularmente ven y aprenden de la televisión en sus casas.
Otra
de las mediaciones del escenario escolar es la propia cultura de la escuela.
Algunas escuelas ponen más énfasis en el desarrollo de ciertas habilidades, en
con- formar un clima pedagógico particular o en dotar con toda la
infraestructura necesaria los espacios de aprendizaje. Algunas incluso cuentan
con algún televisor o facilitan el uso de videos en el aula. Las diferentes
condiciones escolares, entonces, de hecho median, en la medida en que ciertas
condiciones son mejores que otras para promover el aprendizaje, estimular el
diálogo y orientar adecuadamente a los alumnos con res- pecto a su consumo
cultural en general y a su recepción televisiva en particular. Es un hecho
comprobado que en muchos países, incluido México, los niños pasan más horas
frente al televisor que frente al pizarrón. Más aún, se ha descubierto que de
la televisión los niños aprenden, aunque ésta no se proponga educar y aunque
los maestros no le concedan licencia, y que mucho de lo aprendido por
televisión les resulta más relevan- te para su vida diaria que lo que aprenden
en la escuela.
La
resistencia de los maestros hacia la televisión tampoco se ha convertido,
afortunadamente, en un rechazo rotundo. Paulatinamente se han ido abandonando
prejuicios y estereotipos como aquellos que dicen que la televisión es la caja
idiota, o que rezan del sol y la televisión mientras más lejos mejor; va
ganando terreno una concepción de la televisión menos ideologizada y maniquea,
como lo refleja el hecho de que en los congresos anuales internacionales del
magisterio el tema medios y educación ya se haya incorporado formalmente a la
agenda de discusión. No obstante, es necesaria una mayor sensibilización para
que entre el magisterio, y también entre la sociedad toda, se vislumbre la
posibilidad de transformar la recepción televisiva, y de que hacerlo, como se
verá más adelante, es mucho más sencillo de lo que se supone y resulta además
estimulante para el proceso educativo en general.
OPINIÓN
En este
texto se ha abordado la recepción televisiva de los niños, como un largo y
complejo proceso, necesariamente mediado y desplegado en diferentes escenarios,
así como un proceso susceptible de intervención pedagógica del maestro. En la
primera parte se han discutido los diferentes componentes del proceso de recepción:
mediaciones, negociaciones, escenarios. En la segunda, se han hecho explícitos
estos componentes en dos escenarios de la recepción, la familia y la escuela,
des- tacando algunas de las mediaciones con- cretas que tienen lugar en cada
uno de ellos así como las más usuales interacciones. En el escenario familiar se
abordaron con detalle los tipos de familia, el modelo de comunicación
predominante, la teoría educativa de las madres y la situación de la recepción,
en tanto mediaciones más características de la recepción. En el escenario
escolar se discutieron también los tipos de maestros en cuanto a su papel y
autopercepción como mediadores de la televisión que ven sus alumnos, el libro
de texto, la cultura escolar y el método pedagógico como las mediaciones más
características de la recepción desde la escuela.
Esta
preocupación por promover la igualdad de género desde la escuela tiene sus
orígenes en la década de los setenta, cuando un gran número de investigadoras
se interesaron en estudiar y comprender la situación de explotación y
subordinación de millones de mujeres en el mundo. Estos estudios empezaron a
dar cuenta del papel de las diversas instituciones sociales en la con-
formación de un pensamiento encubierto que segregaba a la mujer y contenía
prácticas, conductas y actitudes sexistas que la situaban en una condición de
franca subordinación. Desde entonces, se empezó a plantear que este papel
subordinado que tienen las mujeres en la sociedad es fruto de una construcción
social, más que de un destino ocasionado por sus características biológicas.
Desde esta perspectiva, el género se empezó a considerar “como el conjunto de
conductas aprendidas que la propia cultura asocia con el hecho de ser un hombre
o una mujer. En nuestra cultura se instruye a los hombres sobre el ideal de
masculinidad, mientras que a las mujeres, se les indica cuál es el ideal
femenino”
En
la construcción social de las características que deben tener lo femenino y lo
masculino tienen un papel protagónico las instituciones encargadas de los procesos
de socialización. Nos referimos principal- mente a la familia, la escuela y,
ahora con mayor fuerza que nunca, los medios de comunicación. Cada una de ellas
tiene un discurso sobre los elementos formales de los prototipos dominantes de
los géneros, así como los valores, actitudes y conductas que los conforman. Por
lo general, estas instituciones re- producen y refuerzan las condiciones de
opresión y sumisión de las mujeres, al fomentar el machismo y la desigualdad, y
sostener estereotipos de género y roles sexuales diferenciados en los que se
otorga a la mujer un papel marginal y secundario, mientras a los hombres se les
brinda la mayoría de los protagonismos sociales. La familia, la escuela y los
medios de comunicación envían, cotidianamente y des- de diversos foros,
discursos a la sociedad sobre el significado e implicaciones de ser hombre o
mujer. En su interior se definen los límites y posibilidades de acción,
pensamiento y desarrollo para cada uno de los géneros, mediante la pro- moción
de determinados prototipos, así como de formas de ser y actuar que son
alentadas o prohibidas según el género de que se trate.
la
conformación del ser y del quehacer masculino y femenino inicia desde el
momento del nacimiento. Por lo general, en la familia se brinda un trato
diferenciado a los niños y a las niñas. Muchas de las familias consideran al
niño como un ser más inteligente, intrépido, racional e independiente, y a la
niña como un ser menos inteligente, frágil, sensible y dependiente. A ellos se
les prohíbe determinado tipo de conductas como llorar o ser sensibles, y a
ellas la brusquedad, opinar sobre determinados temas o ser racionales. En la
sociedad existen muchos estereotipos y prejuicios que alimentan este trato
familiar y social diferenciado. Esto se puede corroborar en clase si se realiza
una dinámica en la que se pregunte a los alumnos y a las alumnas cuáles piensan
que son las cinco características distintivas de cada uno de los géneros. Las
preguntas se pueden hacer directamente o bien hacer un juego donde se aviente
una pelota y quien la tome tenga que decir una característica que corresponda a
los hombres y otra a las mujeres. Las respuestas se van escribiendo en el
pizarrón, previa- mente dividido en dos: un lado para escribir las de las
mujeres y el otro las de los hombres.
También
se podría discutir en clase cuáles son las razones de que las mamás sean
quienes se encarguen de sus hijas e hijos, de limpiar la casa, de lavar y
planchar, de hacer el mandado y de cocinar. Si muchas madres trabajan fuera del
hogar, al igual que sus maridos, entonces sería bueno analizar por qué se
piensa que todas las actividades relacionadas con la casa y los hijos son
responsabilidad exclusiva de la mujer. Los programas de televisión y radio, así
como los medios impresos considerados femeninos, siempre suponen que es sólo la
mujer quien se encarga de la cocina, por tanto se dirigen a ella para darle
consejos y recetas y prácticamente nunca se dirigen a los hombres.
Paradójicamente, los grandes chefs son por lo general hombres. Esto refuerza
también el sexismo, al ser únicamente la mujer quien se encarga de elaborar los
alimentos cotidianos, mientras las altas personalidades culinarias, las que
realizan platillos especiales y sofisticados, pertenecen al género masculino.
La
escuela es un entorno donde circulan múltiples mensajes que se materializan en
carteles, calendarios, monografías, periódicos murales y mate- rial audiovisual
que no siempre fomentan la igualdad entre los géneros. Gran cantidad de este
material ubica a las niñas realizando actividades consideradas tradicionalmente
femeninas, marginándolas de algunas posibilidades o simplemente ignorándolas. A
este respecto se pueden hacer diversas actividades de grupo para analizar
dichos materiales y determinar si son sexistas, o bien si promueven la igualdad
entre los géneros. Si, como resultado de la evaluación, se considera que
fomentan el sexismo y la discriminación, sería importante hacerlo notar a los
responsables de los materiales empleando las observaciones del grupo. También,
como ejercicio, las alumnas y alumnos podrían tratar de elaborar carteles no
sexistas e incluso idear una campaña interna que fomente la igualdad entre los
hombres y las mujeres.
Las
niñas van sintiendo a lo largo de su formación escolar que realmente son
inferiores a los niños, cuestión que es reforzada cotidianamente por la familia
y por los medios de comunicación, y van interiorizando este pensamiento y
asumiéndolo como propio. Es necesario trabajar mucho con ellas en la escuela
para darles seguridad y hacerlas sentir que son realmente capaces y, de esta
manera, levantar su autoestima y autovaloración. Un primer paso es admitir esta
problemática y propiciar que los padres y madres de familia, así como los
maestros y maestras, reflexionen sobre ella y tomen medidas que permitan y
estimulen el pleno desarrollo de las niñas. Es importante trabajar con los
niños para cambiar, en muchos de ellos, su percepción machista y convencerlos
sobre la importancia de la igualdad, dejando de lado la idea de que las niñas
son inferiores por el sólo hecho de serlo.
Aunque
los últimos libros han sufrido cambios sustanciales, aún hay muchos textos e
imágenes que reproducen el sexismo. Sería importante que esta lectura crítica
per- meara el acercamiento que tenemos con todos los textos escolares, cuentos,
narraciones, ejemplos, material audiovisual, películas, series de televisión y,
en fin, todos aquellos materiales que utilizamos en la escuela. En muchos
libros de texto, a pesar de que últimamente se ha tenido más cuidado para no
manifestar sexismo, aún se deja ver una visión machista que sitúa a las mujeres
en una situación de inferioridad. La historia, como se mencionó, salvo contadas
excepciones, las ignora.
La
evolución del micro-ordenador ha sido tan rápida como su difusión. En el mismo
periodo de tiempo en que un niño alcanza su madurez. El desarrollo más resiente
de estas máquinas o quizás con mayor influencias es su capacidad para
conectarse con millones de personas en cualquier parte del mundo mediante la
red telefónica posibilitando un intercambio de información sin precedentes a
través de internet o correo electrónico.
El
mundo ha pasado de ser un lugar en el que los niños creían saber más que sus
padres a ser un sitio en el que con frecuencia esta creencia es una realidad,
esto se hace aún más evidente cuando vemos que el niño toma contacto con el
ordenador en la escuela primaria, mientras que sus padres no lo utilizan ni en
sus casas, ni en el trabajo.
El
crecimiento de grandes bases de datos electrónicas y su fácil acceso mediante
medios ópticos de almacenamiento, por ejemplo el CD-ROM y los servicios on-line
que proporciona internet, probablemente aceleran este cambio a medida adquieren
más destreza en la nueva era de la información y existe el riesgo de que los
profesores se queden atrás, la capacidad de encontrar, interpretar y evaluar
información es mucho más importante al igual que las habilidades de resolución
de problemas y de razonamiento crítico.
Hay
una realidad indiscutible: la tendencia marcada por las tecnologías no va a
desaparecer, ésta impulsada por fuerzas comerciales internacionales mas
poderosas que la política nacional o que las políticas educativas, está
demostrado que todas estas habilidades se ven intensificadas por el uso inteligente de las tecnologías
informáticas en el aula.
Desde
los primeros días del micro-ordenador ha habido una marejada de opiniones entre
algunos educadores y algunos políticos afirmando que su introducción a las
escuelas representaría algo bueno, el lenguaje informático de las tecnologías
que puede parecer muy arcaico en nuestro mundo actual de ordenadores dirigidos.
DÓNDE
ESTAMOS Y CÓMO HEMOS LLEGADO.
Abrir
a los niños a este nuevo mundo de expresión personal y de posibilidades iba a
revolucionar las aulas, incluso algunos llegaron a pronosticar la desaparición
de las escuelas, es muy probable que la llegada del ordenador portátil tenga un
fuerte impacto en esta situación en un futuro próximo.
La
utilidad de estas máquinas ha quedado de sobra comprobada con la prueba piloto
desarrollada por el Consejo Nacional para la Tecnología Educativa, los
ordenadores portátiles pequeños y económicos tienes un valor equivalente al de
una bicicleta nueva o una consola de videojuegos electrónicos. Sugerir que la
escasez de ordenadores y de programas informáticos han sido las únicas causas
de que los alumnos no estén teniendo contacto con las tecnologías informáticas
en la escuela.
La
aplicación más común de los ordenadores a las escuelas sigue siendo la de
emplearlos como procesadores de texto y con frecuencia esto tan solo significa
teclear un texto previamente escrito a mano de forma que el niño disponga de
una copia limpia y sin faltas de ortografía.
miércoles, 12 de junio de 2013
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